Las largas noches de fiesta, excesos y descontrol en la esquina de avenida Roca y Entre Ríos terminaron de manera definitiva. Ayer se conoció que la Dirección de Producción y Saneamiento Ambiental (Dipsa) no volverá a habilitar el funcionamiento de “Supernor” después de incontables clausuras.
Un documento que lleva la firma del capitán (R) Miguel Ángel Molins, director de la Dipsa, ordena “revocar la habilitación y desempadronar” al comercio que funcionaba en Entre Ríos 895, propiedad de Rodolfo Humberto Murúa. En el mismo expediente se recuerda que las fajas de clausura colocadas en “Supernor” fueron violadas dos veces en lo que va del año.
Pero la Dipsa no fue la única repartición que sancionó reiteradas veces al comercio. El Instituto Provincial de Lucha contra el Alcoholismo (IPLA) contabiliza 145 actas de infracción labradas contra “Supernor” entre agosto de 2003 y febrero de 2014.
Las autoridades esperan que esta sea una medida aleccionadora. “Hay que aprender a vivir en la legalidad, no podemos seguir viviendo en la excepción”, afirmó Germán Alfaro, secretario de Gobierno Municipal. El funcionario remarcó, en ese sentido, que “hay muchos negocios que no son un símbolo como lo era ‘Supernor’, pero a partir de ahora con todas las denuncias que lleguen a la Secretaría vamos a actuar de la misma forma”, advirtió.
Los vecinos, tranquilos
Pese a la severidad de la disposición municipal, a los vecinos les cuesta creer que las puertas del famoso comercio no vayan a volver a abrirse. “¿En serio usted cree que el cierre es definitivo?”, repreguntó con desconfianza un hombre que vive a 50 metros de “Supernor” al ser consultado por este diario sobre la clausura. Este vecino, al igual que la mayoría de los que accedieron a emitir su opinión, pidió con cierto temor: “no vaya a publicar mi nombre por favor”.
Dos hombres que conversaban en la vereda coincidieron en que duermen con tranquilidad desde la última clausura. “Todas las noches se juntaban a tomar en la esquina. Esto era un infierno. Venían travestis, te ponían música en la puerta de la casa y el bullicio duraba toda la madrugada”, recordó uno de ellos. “Todo Tucumán sabía lo que pasaba ahí”, agregó su vecino, tras insinuar que en el local no sólo se expendían bebidas alcohólicas.
Más cerca del local, sobre avenida Roca, una mujer se quejó por la mugre que debía levantar cada mañana de la vereda de su casa. “Había que baldear todos los días porque orinaban en la puerta y encontrabas tirados desde profilácticos hasta jeringas”, precisó María Argüello. La mujer hizo una mueca de alivio cuando escuchó que el comercio no podrá volver a funcionar y expresó: “no sé por qué tardaron tanto tiempo en clausurarlo”.
Un comerciante que trabaja a pocos metros también celebró la medida. “Estoy cansado de que orinen la vereda. Tal vez ahora va estar más oscura la zona, pero también va a haber más tranquilidad”, comentó.
Sólo un vecino de varios consultados se mostró en desacuerdo con la clausura. Se trata de Matías Domínguez, que vive al lado de “Supernor”. “Nunca tuve problemas. Es más, me servía que estén acá porque estaba abierto toda la noche. Ahora la cuadra está oscura, asaltan a todo el mundo y no tenemos a dónde ir a comprar nada”, opinó el hombre.